Día del militante
En 1964, bajo el gobierno pseudodemocrático de Arturo Illia, Perón intenta volver al país, pero falla. Se abre, así, una nueva etapa en la historia del pueblo argentino: la lucha por una democracia plena, sin proscripciones, y por el retorno de Perón.
Desde 1964 hasta 1972, se suceden distintos gobiernos de facto. Los primeros meses del año 1972 son de gran tensión política y social. El régimen represivo de Lanusse comienza a buscar una salida política “negociada” mientras las luchas y las movilizaciones de los sectores populares aumentan. Las puebladas se alzan en forma sucesiva en distintos puntos del territorio nacional: Tucumán, Río Negro (General Roca), Mendoza (Malargüe). A cada manifestación popular le sucede una misma respuesta por parte del gobierno militar: represión.
En ese marco, Lanusse intenta negociar una salida política que resguarde los intereses económicos de sectores de poder locales y extranjeros para lograr, más allá de quien logre la victoria en las urnas, el condicionamiento del futuro gobierno. Esos son los cimientos que dieron origen al Gran Acuerdo Nacional (GAN).
Pero el GAN nace fracasado. La pretensión de conciliar el llamado a elecciones libres y sin proscripciones, pero manteniendo las mismas directrices económicas constituía una estafa. Perón no cae en la trampa.
“En esta tierra lo mejor que tenemos es el pueblo” (J. D. Perón)
En los años de 1970, una nueva generación de jóvenes de clase media se vuelca masivamente al peronismo, sumándose a las luchas de los trabajadores por el definitivo retorno del General Perón. Entre las influencias más importantes de dicho desarrollo, se encuentra la impronta de Jauretche, Scalabrini Ortiz, Puiggrós, Rosa, Fermín Chávez, Hernández Arregui, Ramos, y el testimonio militante de miles de compañeros de la Resistencia Peronista. Perón venía a significar la conducción hacia la concreción del proyecto de Liberación Nacional. La juventud peronista (JP) crece desde los barrios y gana protagonismo durante todo el año 1972. Las movilizaciones y actos que protagoniza se multiplican: en enero, en Ensenada; en mayo, en Merlo; en junio, en la Federación de Box; y en julio en el Estadio de Nueva Chicago.
La JP se fue constituyendo como un factor de poder no sólo al interior del peronismo, sino también fuera de él, contra la dictadura. Una clara expresión de su potencia se condensa en la consigna “Luche y vuelve” lanzada en el acto del 28 de Julio en el Estadio de Nueva Chicago. Con la organización de la juventud en frentes en todo el país, luchando por el retorno de Perón, aquella “salida política negociada” planteada por Lanusse y el establishment queda herida de muerte. Es claro, los tiempos políticos los marcarían Perón y el pueblo movilizado: el General volvería “cuando se le cantaran las pelotas”.
El 4 de octubre de 1972, el delegado de Perón, H. J. Cámpora, dio a conocer el "Acuerdo para la Reconstrucción Nacional" y las "Bases mínimas" para dicho acuerdo. Allí quedaba explicitado que el verdadero problema no eran las elecciones, sino encarar la Reconstrucción Nacional y liberar definitivamente a la patria de toda dependencia para colocarla a la vanguardia de los pueblos que luchan por un orden más justo y humano frente a la prepotencia de los imperialismos. Finalmente, el 17 de noviembre de 1972 Perón vuelve al país. Después de 17 años de resistencia, el Pueblo movilizado levantando la consigna de la JP "luche y vuelve", logra el objetivo de traer al líder a su Patria. Columnas de militantes confluyen hacia el aeropuerto de Ezeiza, a campo traviesa, cruzando el río Matanza, sorteando los retenes militares que pretendían impedir el contacto de Perón con su Pueblo. Finalmente Perón logra romper el cerco tendido por la dictadura, y se instala en Gaspar Campos, donde el día 18, el Pueblo puede volver a ver a su líder.
Con el retorno de Perón al país, el gobierno de Lanusse languidece sin posibilidad de conducir la transición a las urnas.
Recomendamos ver La Marcha sobre Ezeiza https://www.youtube.com/watch?v=iio5HOslquo